martes, 21 de diciembre de 2010

Se me enfriaron los pies

Se me enfriaron los pies y desde eso se me está saliendo el alma. La invito a caminar y ella no quiere, aunque se queje de tanto estar en casa. Que si fruta o helado, ella no come, aunque le ruja el estómago del hambre. Que vamos a escribir, que no, no puede, tiene calambres. No sé, pero de a pocos, se me ha ido escapando. Me va quedando un hueco que no me deja concentrarme en nada y me la paso, paso por paso, pasando páginas.

domingo, 19 de diciembre de 2010

País Tormenta

Volví a lo mío, a mi terruño, a la casita de mis padres. Más que casita es un apartamento y desde el quinto piso miro este país que se inunda. Lo miro no por las ventanas, sino por las fotos del periódico donde otros, menos afortunados, nadan sobre los techos de sus casas.

El país es ahora mar, río, laguna. Y la gente, flotando en la sala de su casa, trata de entender palabras exóticas sobre la escasez del agua. ¿Escasa dónde? No acá donde las neveras flotan. No acá donde a las vacas se les entierran las patas en el lodo. No acá donde un barquito flota río abajo, atestado de gente, en busca de un trozo de tierra seca.

Escasa allá donde el cause del río se agrieta, en quejas de sed, tragando la última gota de agua. Escasa allá donde los cactus permanecen rígidos, para no derramar el agua que lograron absorver cuando todavía había lluvia. Escasa allá donde los caminos son de polvo y se los lleva el viento. Escasa allá donde todo tiene el color de la tierra y uno no sabe si está hecho de ella o si se ve así porque el polvo del camino nos nubló los ojos.

¿Por qué no vienes, grieta, a tragarte esta agua?
¿Por qué no sorbes, cactus, el exceso de esta lluvia?
¿Por qué no te haces río, camino, y te llevas en tu cause lo que aquí sobra?
Sopla, sopla, sopla viento y conduce a los desiertos estas nubes de tormenta.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Cuestión de pelos

Ten cuidado al andar por la calle, no te olvides de estar siempre bien bronceada, ejercitada, peinada, maquillada, ataviada, en una palabra, arreglada. Y por supuesto, como no, perfectamente depilada. Que si todo o nada, preguntan. Yo elijo el término medio. Nada mejor que unos cuantos pelos "fuera de lugar" para recordarme lo que de humana queda en esta muñequita.