martes, 31 de mayo de 2011

Mi árbol

Floreció cuando menos lo pensé. Tú habías dicho que era un árbol triste, que no había buenas razones para pintar un chamizo y que ahora a mi pieza, con él, había llegado el invierno. Pero a las ramas grises les llegaron capullos y el sol los fue tiñendo de azul. El otoño se volvió primavera y los pájaros empezaron a visitarme. Ahora hay flores en el aire y mi pieza se llenó del aroma de mi árbol gris, de mi árbol-chamizo, de mi árbol-mural frente a la cama.

sábado, 28 de mayo de 2011

Tarde de lluvia

No me gustan estas tardes de lluvia; me salpican de nostalgia. Mis pies se acurrucan en un rincón de los zapatos mojados y esquivo los charcos mientras escribo nombres en el viento helado. Con tu nombre mi pie va al agua. La lluvia se me roba las palabras, la tarde, gris de nubes, me borra los pensamientos dulces y mi sonrisa emparamada queda colgando de mi boca. Entre las cejas se me acomodan todas las tristezas y me provoca lanzarme al viento para que me lleve lejos, tan lejos como a ti, y poder al menos acurrucar esta tristeza entre tus brazos.