miércoles, 30 de diciembre de 2009

Plazos

Mi vida se construye de plazos que, como escalones, construyen una escalera que no va a ninguna parte. De repente, en un momento de lucidez, miro a mi alrededor y me encuentro en el mismo primer piso del mismo centro comercial, caminando sobre una escalera eléctrica que retrocede al mismo ritmo que yo avanzo. Miro hacia arriba por primera vez y descubro que no hay un segundo piso. La vida no va a ninguna parte. Me bajo de la escalera, aún dudosa, y camino por el centro comercial. Estoy cansada, hace más de 20 años que camino sin parar sobre esa escalera, sin embargo tengo unos kilos de más.
Mirando con cuidado, descubro que las cosas han cambiado un poco. Las vitrinas muestran la moda de la nueva temporada y las mujeres en las publicidades tienen menos ropa. Viendo la gente que camina me convenzo de que los hombres se parecen cada vez más a los perros y las mujeres a las diosas.
No hay mucho más para ver que vitrinas llenas de ropa, accesorios y artículos para el hogar, pero al final del pasillo, me encuentro un inmenso cine y una pequeña librería. Compro un boleto para la noche, entro a la librería y me regalo a las páginas de un libro.

martes, 29 de diciembre de 2009

Sinsentido

Mi voz retumba en mi cabeza como la de una extraña y he perdido el olfato por completo. Como no puedo abrir los ojos del todo, me encuentro ciega a medias y me estremezco con solo pensar en tocar algo frío. La comida no me sabe a nada con lo que queda de lado el último de mis sentidos. Sin gusto, sin olfato, incapaz de tocar, medio sorda y medio ciega. Que sensacional es el mundo cuando se tiene gripa.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Llueve, llueve, llueve

Llueve, llueve, llueve y no me levanto de la cama. No porque llueva, sino porque no tengo ganas. Me duele todo...
Pero al fin me levanto. Una pastillita, un baño, ropa limpia y de repente, escampa.

domingo, 27 de diciembre de 2009

A gritos

A gritos me dijo el cuerpo que me quedara en la cama. Primero empezó a susurrarme con un dolorcito en los huesos, luego subió la voz haciéndome sonar la nariz y por último se puso a gritar tan fuerte, que me dejó un insoportable dolor de garganta. Por eso estoy en la cama, viendo buenas películas, leyendo buenos libros, escribiendo una que otra cosa y descansando... ¡que castigo!

sábado, 26 de diciembre de 2009

A programarse

La navidad se va, dejando las ciudades desoladas. Las familias se toman el puente y los solitarios se van a pasar el fin de semana con los amigos en algún pueblo cercano. Por las calles ruedan las hojas y el silencio descubre el sonido del polen escapándose de las flores. Todas las puertas cerradas, nada detrás de las rejas y solo uno que otro borracho rezagado sentado ante la puerta de su casa. Qué hacer en un día como hoy...

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Indefinible

Como un caimán con alas, pestañas largas y dos firmes patas de canguro. O más como un jaguar con piel de danta y cabeza de ñeque. Indefinible. Figura solo apta para el circo. Desadaptada. Fenómeno. Casi tan rara como una mujer barbada, como un hombre tragafuego o como una diseñadora estudiando letras.

martes, 22 de diciembre de 2009

Navidad sin pesebre

Se me olvidó hacer la novena y ahora ya estoy atrasada seis días. Es rara la navidad sin pesebre, sin villancicos ni buñuelos. No hay río ni alumbrados, no hay hojuelas ni natilla. La navidad acá es un calor húmedo que va forrando la piel desde muy temprano en la mañana, hasta antes de dormir cuando uno no soporta más esa doble piel y se da un segundo baño. Navidad es helado artesanal, chanclas y falda.
En Colombia no hay nieve, ni en navidad ni nunca, pero las casas en diciembre se llenan de pinos de alambre y muñecos de nieve plásticos. En buenos aires no hay nieve, ni en navidad ni nunca (bueno, cada 40 años), pero tampoco hay pinos. Ni pinos ni palmeras que decorar para navidad.
Pero bueno, llegó Diciembre y yo acá, no allá. Así que a prender el ventilador y atragantarse con pan dulce.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Mentira

Me estaba preguntando qué es mentira. Qué de todo lo que me dijiste. Qué de todo lo que creo. Qué de todo lo que hago cada día. Mentiras me digo todo los días cuando me digo que me miento, ¿o cuando me digo que no me miento? Mintiendo miento sobre mentir. Es imposible decir la verdad. No, es imposible decir la verdad sin reírse. Que bonitas las mentiras que sorprenden, que dejan la boca abierta. Las mentiras que ilusionan también son bonitas. A mí me gusta la mentira de la navidad, con natilla y buñuelos y lucecitas en el río. Ojalá me dijeras más mentiras bonitas, como que me vas a llevar a París para ver a Marión o que un día vamos a conocer África. Tal vez las grandes mentiras desatan grandes enredos, pero hay pequeñas verdades que ahogan. La verdad me da risa, pero no risa buena de barriga contenta, la verdad me da risa nerviosa.

sábado, 19 de diciembre de 2009

De vuelta

De vuelta es más difícil aguantar 24 horas de viaje, sentir los pies como empanadas, no poder dormir sin babearse, marearse en el bus, comer empanadas frías para calmar el hambre, esperar a que todos se bajen, aguantar el calor y el frío.
De vuelta todo es más difícil, pero al final, cuando una llega a la casa que no es de uno y se da cuenta de que llegó pero no ha llegado, de que las vacaciones no se han terminado, entonces, todo vuelve a oler a nuevo, como el primer día que llegamos con las maletas de 50 kilos y sin dormir.
Al final uno se toma un tinto con los de la casa y se acuerda de los nuevos lazos que ha hecho y en el taxi, mira la casa de Fer y ve que hay nuevos amigos y después de bañarse, se acuerda de que es verano, de que en la esquina hay ciruelas, de que los parques de la ciudad esperan.
Al final uno se da cuenta de que no ha llegado y está bien, porque es muy rico también, tener más de un lugar al cual regresar.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Beso de negro

Un beso de negro es dulce hasta la hostigancia, suave como morder una nube y con un perfecto final crocante. Mmmm... que bien se siente en la lengua el último vestigio de ese beso y cómo se me hace la boca agua al recordar el primer mordisco cuando los dientes traspasaron el chocolate y, después de que el esponjoso masmelo se me derritió en la lengua, me quedó en la boca ese pedazo de crocante galletica.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Llegaron los regalos

Me encanta Diciembre con sus regalos. Ayer, por ejemplo, me trajo una amiga de Australia y una maleta con besos de negra. Ahh... y una mascota, unos zapatos viejos como nuevos, una matrioska, tres camisetas, unos calzones, cuatro pescados, galletas de avena...

Desayuno en la aduana

¡Que bien se desayuna en la aduana! El menú de hoy: arepa de chócolo y almojábana. Y yo aquí, con mi tradicional pan integral y un tecito.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Encuentro

Me gustan los buenos encuentros, los que me ponen ansiosa, pero feliz. Que bueno que la tierra da la vuelta, o mejor, que bueno que le diste la vuelta completa al mundo, o no, mejor, que bueno que 360 es lo mismo que 0.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Epiléptico

Un día epiléptico, de sacudidas, de poseídos.
Por la calle deambulan los locos, poseídos por la cordura, deteniéndose frente a las vitrinas para tiritar sus miedos y estremecernos con sus gritos de ausencias. Luego caen al piso en sacudidas, robándole a la calle su afán de siempre, para devolvérselo convertido en temblor, en el temblor de no saber que hacer, pero querer hacer algo.
Y nadie hacía nada; todos se movían nerviosos y hablaban sin parar, mientras la mujer seguía sacudiéndose sobre la acera con los labios morados.
En la cama, el despojado se sienta y se siente. En otro mundo se siente, no en éste donde yo le grito que pare ya, que no está donde cree, pero él cree más de lo que creo y me dice que espere, que ya va, que no puede ahora.
Me levanto de la acera y camino, cuando la parálisis de la angustia me abandona. Mi ritmo me espera, listo para abrazarme de nuevo, y yo, bajando las escaleras del subte, vuelvo a entregarme a él.

martes, 8 de diciembre de 2009

Sin velitas

Con que así es un día de las velitas sin velitas... Lo único que prendí ayer, fue la estufa de la casa; la caja de la natilla la miré, la examiné, pero ni siquiera la abrí; nadie puso aceite a calentar para hacer buñuelos y de las hojuelas ni nos acordamos. Un día de velitas sin velitas es un poco triste, hasta que uno prende el televisor y se acuerda de que está cansado, que mañana no hay que madrugar y que se puede quedar ahí tirado viendo shows de porquería hasta la hora que quiera.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Holanda

Como no fui a Holanda, Holanda vino a mí. Siete alumnos holandeses en solo seis semanas de clase, es más de lo que me habría podido imaginar. Abogado, policía, sicóloga, ingeniero, diseñador, antropóloga, guía turístico... Y con ellos, montones de impronunciables nombres de ciudades y un aprendizaje: los habitantes de los países bajos son bastante altos.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Gris

Ni negro, ni blanco, gris. Gris nube de va a llover, gris tormenta. Gris quedarse en la casa debajo de las cobijas y frente al televisor. En la calle hay un viento helado que te atraviesa los poros y te cristaliza los huesos. Mejor no salir.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Ojos de sapo asustado

Croac, croac, croas desde la hamaca
y tus ojos de sapo asustado
me miran con insistencia antes de volver al libro.
Te beso y al darme vuelta,
me parece escucharte susurrando: princesa...
¿Te habré convertido en príncipe?
Entonces croac, croac, croas
y mi temor desaparece.
Sigues siendo el mismo sapo de siempre.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Queso, quesito, quesillo

Nada evidencia más nuestra amplia tradición quesera, que el gran repertorio de nombres de nuestros quesos: queso, quesito, quesillo.

Más o menos sal y un lijero cambio en la consistencia. No hay mayor variación entre unos y otros, es cierto y quizás los procesos de producción no sean los más sofisticados, ¿pero es posible extrañar más un pedazo de quesito antioqueño con bocadillo o un buñuelo hecho con buen queso costeño?

Arepa con quesito

Se me hace la boca agua pensando en el mordisco crocante de una arepa de maíz blanco recién tostada. La lengua se me vuelve loca imaginando el dulcecito de una tierna arepa de chócolo combinado con un buen quesito fresco.

Hasta una arepa de mote me comería ahora, y que decir de esas arepitas de asado, partidas a la mitad, bien tostadas por fuera y por dentro tiernitas con mantequilla perfectamente derretida y un toque de sal.

Maíz blanco, amarillo, mote, pelao, chócolo... ¡¡¡dos docenas de medialunas por un mísera arepa!!!

Días de sol

El sol de durazno fresco,
me acelera el corazón de ciruela dulce
y las mejillas se me tiñen de rojo cereza.

¡Me encanta la primavera!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Viento frío

La angustia me robó el sueño anoche. Como un viento frío se me caló en los huesos sin dejarme dormir. Angustia por el avión que despegó sin mí esta mañana y que allá estará ahora, sobrevolando la cordillera. En la tarde, los pasajeros se tomarán un jugo de tomate de árbol o comerán sapito en el Astor del aeropuerto, y yo, yo voy a estar aquí sentada, en la misma silla de siempre, espantando los mosquitos del verano.

Ojalá alguno se acuerde de abrazar a mi mamá por mí. Ojalá alguno sepa que el avión no quiso esperarme, que no quiso entender que solo tuviera libre el fin de semana, o que no quisiera irme todavía, al menos no del todo, sólo por un ratico...

Se fue el avión sin mí y ni siquiera alcancé a hacerle encargos: un jugo de maracuyá y otro de tomate de árbol, diez almojábanas, dos sapitos del Astor, la familia, la tía, una milhoja de las tres, natilla con buñuelos, los alumbrados del río, los amigos, un ron...

Ojalá Alejo traiga una maleta grande, porque pienso encargarle a Medellín en pedacitos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Que vuelta...

Todo es una vuelta. De acá para allá, de allá para acá. Un juego interminable de preguntas sin respuesta. Nadie parece conocer el siguiente paso y cada avance no es más que un curva en este espiral sin sentido. ¿Por qué si creo estar caminando hacia el frente, termino siempre en el mismo lugar? Que difícil, que interminable.
¡¡¡Sólo quiero cobrar mi primer cheque!!!

martes, 1 de diciembre de 2009

Otra vez llueve

Otra vez llueve. Otra vez. Como cada tres días, el sol volvió a evaporar el agua, las nubes volvieron a cubrir el cielo, las gotas volvieron a caer. Otra vez llueve, tengo los zapatos mojados y los ojos tristes. Con la lluvia llegan las indecisiones: ir o no ir, salir o quedarse...
Otra vez llueve y el tiempo empieza a pasar más lento, más denso y más gris.
Otra vez llueve. Ojalá mañana haga sol.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Cuan larga soy

Me despertó el grito de la madre. Los niños iban tarde para el colegio. Alguien no había escuchado el despertador y ahora todos corrían por la casa y la mamá lanzaba ropa al aire tratando de encontrar dos pares de medias iguales y dos calzoncillos.

"Pero si no se va a acabar el mundo si faltan un día al colegio", decía el vecino gordo que parecía no entender nada.

Yo me bañé mientras todos corrían, luego me comí mis chococrispis y una cucharada de polen que me ofreció el vecino gordo y me fui.

No sé si fueron los gritos o fue el polen (me inclino por el segundo), pero perdí medio cerebro en esa casa. A partir de ahí todo empezó a salir mal. No pude concentrarme en clase, me subí al subte que no era, me equivoqué dos veces de puerta y dejé caer mi tarjeta de entrada, mi pasaporte, mis papeles, mi mochila y a mí misma.

Sí, tal cual. Me resbalé y quedé extendida en el piso cuan larga soy (como diría mi mamá), con la cabeza zzzumbándome y un señor al lado que preguntaba: "¿Estás bien?, ¿te pasó algo?"
"Nada, nada, solo perdí la otra mitad de mi cerebro".

Cuando escampa

Ya no llueve. Ya las caras no se esconden tras los paraguas y los hombres vuelven a acechar a las mujeres, recostados a las paredes, con sus miradas de lobos hambrientos.
Como hace calor, los hombres recorren las piernas de abajo a arriba, deteniéndose justo antes de las caderas con la esperanza de que un viento repentino levante la falda. Todo para encontrarse con un calzón gigante o una diminuta tanga brasilera o, si tienen mucha suerte, nada. Suerte porque en sus fantasías, la chica que no usa nada se acuesta con todos. Pero y ¿qué si al seguir subiendo se encuentran con un pecho achicharrado por el sol y dos senos aprisionados en un brassier de hierro, para evitar que se prescipiten hasta la cintura, y más arriba, los espera una cara estirada hasta la transparencia, rematada por tres mechas de pelo requeteteñido?

Los hombres como lobos siempre tienen hambre, no importa cuantas veces hayan comido. Los hombres como lobos siempre tienen ganas de un manjar mejor que el anterior.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Violeta

Desde lo más profundo,
Lo entrañable,
Aferrado, aferrado,
Arañando el silencio
Que se me coló dentro,
Asentándose en mí,
Vaporizándose,
Condensándose en mí,
Derramándose,
Bullendo en mí,
Y subiendo luego,
Lento, lento,
Por mi garganta,
Arriba, arriba,
Hasta mi boca seca,
Este color violeta,
Este violeta negro,
Un violeta nocturno,
Este violeta desgarrador.

Lluvia

La lluvia en mi casa suena,
pero no cae.
No hay gota que llegue al piso,
no hay agua que moje el suelo.
La lluvia en mi casa suena,
pero no cae.
Y sin embargo,
yo voy viendo mi casa
que se inunda.

Cielorroto

En este día de lluvia incesante, de gotera en la sala, de no pararse de la cama, quiero empezar este blog para que caigan en el tempestades; que las palabras salgan a borbotones y humedezcan las paredes, inunden la casa, emparamen a los amigos y les salpiquen los zapatos.

Advertencia: se recomienda entrar con botas pantaneras e impermeable, y cuide la cabeza, de vez en cuando llueven hasta maridos.