viernes, 2 de abril de 2010

Tengo terraza

Hoy descubrí mi terraza. Bueno, decir mía es decir demasiado; es una terraza comunitaria. No es nada del otro mundo, es un piso de aislante plateado asquerosamente lleno de pendejadas. Estos porteños son un poco cochinos, o no digamos cochinos, más bien amigos de la acumulación, un poco como el tío zalo. La terraza es grande y, aunque la vista no es muy alentadora (más bien parece un recuento de los escombros de una guerra), se podrían hacer buenos asados ahí. Pero por ahora solo hay asquerosas canecas llenas de líquidos nauseabundos en los que probablemente se crían los mosquitos que me pican cada noche, una parrilla derruída y tres duendes sin manos al borde de perder la cabeza. Bueno, es una terraza asquerosa, con algunos espacios libres de cosas donde no estaría mal sentarse un día de sol (eso sí, trayendo unas sillitas)... nada del otro mundo, pero tengo terraza.

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