jueves, 1 de abril de 2010

Visitas virtuales

El lunes te visité todo el día. Te vi dormir, te vi llorar, te vi comer, vi cómo te bañaban, te vi reirte, te vi hacer gimnasia y hasta te escuché intentando hablar. Mientras tanto te vi mirarme, mirarme detenidamente, sorprendida, concentrada, sin poder pensar en nada más; ni en la canción que cataba Cata, ni en el agua que te corría por el cuello, ni en la leche que te esperaba en el tetero. Pero yo era una pantalla con cara y me pregunto si entendiste que era yo, que yo también te veía, que yo al otro lado me moría de las ganas de cargarte, de abrazarte, de darte picos en los enormes cachetes. Soy para ti una cara en una pantalla y ¿hasta cuando? Es lo que más me pregunto: ¿qué cara vas a poner el día en que te des cuenta de que yo, la "tía Anita", debajo de esa cabeza, tengo un cuerpo?

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