sábado, 23 de julio de 2011

Viento

Me gusta cuando empieza a levantarse la quietud... se va convirtiendo en brisa y luego es viento y después sopla tan fuerte que parece que fuera a llevárselo todo, hasta las tristezas, y que el mundo fuera a empezar de cero.
Aun con miedo a los tornados, cuando los árboles se entregan al viento me gusta imaginar que de repente van a volar con todo, de raíz, que los edificios van a desprenderse del suelo y que se irán volando a no sé donde.
No yo, al menos eso imagino, aunque lo pienso y no estaría tan mal irse volando con el viento, menos ahora que la quietud se me ha ido instalando tan fuertemente en el pecho y que mi pelo, siente tantas ganas de bailar.

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