miércoles, 6 de enero de 2010

De acá para allá

Alguien me está esperando en cada esquina para mandarme a otro lado: de Villa Crespo a Once, de Once a Microcentro, de Microcentro a Belgrano, de Belgrano a San Telmo y de ahí... quién sabe a dónde...
Pero yo me bamboleo como muñeco de feria, me retuerzo como serpente con cólico, me desplazo ágil como saltamontes. Y al final, por supuesto, estoy mareada como cliente de ciudad de hierro.
Lo bueno es que siempre, a pesar del mareo, siempre, después del mareo, queda algún rastro, algún indicio de camino, alguna especie de seña sin dirección exacta, pero suficiente para ponerme de nuevo en movimiento.

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